Un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), sitúa a Chile como el país con la más alta prevalencia de Sudamérica en obesidad en mujeres
Según el estudio “Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina 2017”, un 32,8% de las mujeres mayores de 18 años presenta esa condición.
“Esta situación trae como consecuencias el desarrollo de enfermedades no transmisibles, como diabetes, hipertensión y patologías cardiovasculares, que están entre las principales 10 causas de muerte en la región. Por otro lado, esta condición aumenta el riesgo de presentar patologías del sistema nervioso, como por ejemplo Alzheimer, Depresión y Parkinson”, advierte Camilo Aburto, académico de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello.
Según datos del Ministerio de Salud (MINSAL), en Chile muere una persona obesa por hora. En tanto, la Encuesta Nacional de Salud de 2010 indica que un 39,3% de la población mayor de 15 años presenta sobrepeso, 25,1% es obeso y un 2,3% presenta obesidad mórbida.
“Cambios en los patrones alimentarios, alta disponibilidad de productos ultra procesados y una disminución de las preparaciones culinarias tradicionales aumentan el riesgo de presentar obesidad. Si a eso le sumamos la inactividad física, tabaquismo y falta de horas de sueño, la situación empeora”, agrega el nutricionista.
El profesional detalla que “la obesidad es una patología multifactorial, influyendo antecedentes biológicos, psicológicos y sociales. Lamentablemente nuestro país presenta niveles de desigualdad de género altísimos, según la OCDE, ‘la mayoría de las mujeres que no están en el mercado laboral tienen trabajos no pagados de ama de casa. Como consecuencia, las mujeres tienen ingresos mucho menores y pensiones considerablemente más bajas que los hombres”.
Ante este panorama, el académico de la UNAB advierte que “dentro de las políticas públicas realizadas en Chile, podemos destacar la ley de etiquetado nutricional que ha tenido un buen impacto y aceptación en la población. Es fundamental tener una política de Estado integral que tenga como meta la mejora en la calidad de vida de los chilenos. Para ello se deben generar diversas estrategias que comprometan tanto al sector público y privado en la búsqueda de este objetivo”.
Desde el punto de vista privado, el nutricionista destaca que “se debe trabajar con urgencia para que las empresas puedan implementar sistemas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en donde fomenten estilos de vida saludable hacia los trabajadores”.
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