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RESPONSABLES DE CALIDAD "MILEURISTAS"​ Y CARNE "MECHÁ"

He esperado a que pasaran unos días, tal vez por prudencia, antes de escribir estas líneas, con las que quiero compartir ciertas ideas que he ido madurando en este tiempo, acerca del ya tristemente célebre brote de listeriosis provocado por la carne mechada de la marca "La Mechá", elaborada por la empresa Magrudis S.L., que además es de mi tierra, de Sevilla.

En primer lugar, quiero insistir en algo que ya he expresado en anteriores ocasiones, y es que estoy convencido de que, en relación a los alimentos, sus procesos, calidad, etc., hay un exceso de información y una absoluta carencia de formación. Y sinceramente, creo que es un problema. Lo es porque un exceso de información no bien redactada, no bien explicada, lejos de clarificar las cosas, ayuda a crear y extender creencias erróneas que no ayudan a calmar la alarma social generada y, a la postre, conlleva consecuencias negativas y miedo. Lo he vivido en primera persona al escuchar a personas de toda condición hablar en la playa, en el supermercado, en el parque... de la listeriosis, de la Listeria monocytogenes, de cómo se contagia, de sus síntomas y de cuánto tardan en aparecer los signos del cuadro clínico. He escuchado como se criminalizaba a la carne mechada simplemente por serlo, y en el peor de los casos a la carne de cerdo. He escuchado como había quien decía que hasta dentro de 4 semanas no aparecerían los síntomas, y quien auguraba un fatal desenlace para todo aquel que haya comido carne mechada sea la marca que sea. He escuchado teorías de la conspiración de todo tipo, y me he avergonzado del uso partidista que algunos han tratado de hacer contra la Junta de Andalucía, demostrando que sus intereses políticos están antes que el interés en la salud pública. Ya habrá tiempo de depurar responsabilidades políticas si las hubiera, pero no se olviden que la legislación europea es muy clara, y establece que es el explotador (la empresa alimentaria) la responsable de producir y comercializar alimentos seguros y de instaurar, a tal efecto, un sistema de autocontrol, y que las administraciones públicas velarán porque así sea (Reglamento UE 178/2002). Y yo añado: en España, y por extensión en la UE, las administraciones que velan por nuestra seguridad alimentaria lo hacen muy bien y hemos alcanzado un grado de garantías de seguridad muy alto. Podemos estar tranquilos en cuanto a la profesionalidad de los funcionarios competentes. Otro debate sería sobre si precisamos más recursos...

Volviendo al tema de la falta de formación sobre todo aquello que atañe a los alimentos, no estaría de más que nuestros políticos se lo tomaran en serio e incluyeran como asignatura en las escuelas una que aborde esta materia en profundidad; algo así como educación alimentaria y nutrición.

Por otro lado, celebro que por fin se le haya dado voz en esta crisis al gremio de veterinarios ("La medicina cura al hombre, la medicina veterinaria cura a la humanidad", Louis Pasteur). Ayer escuché unas declaraciones del Catedrático de Sanidad Animal de la Universidad de Córdoba, Don Antonio Arenas (quien fuera profesor mío), Presidente del Colegio de Veterinarios de Córdoba, clarificando las dudas que el periodista le planteaba sobre la listeriosis, explicando en un lenguaje sencillo pero riguroso los aspectos de esta patología, y confirmando que la actuación de la Junta de Andalucía estaba siguiendo el procedimiento habido para estos casos. Asimismo, celebro las palabras de Sánchez Vara, presidente de la Junta de Extremadura, solicitando que, por la formación y profesionalidad de los veterinarios de España, sean éstos los protagonistas de gestionar este tipo de crisis alimentaria.

Y ya por último, entro en la parte que tal vez más polémica pueda crear de este escrito, pero la que el cuerpo me pedía que abordara sin medias tintas, que no es otra que la situación laboral, las condiciones laborales, de los responsables de calidad y seguridad alimentaria en muchas de las empresas de nuestro país.



Basta entrar en alguno de los múltiples portales de empleo, y uno puede encontrarse decenas de ofertas para contratar "responsable de seguridad alimentaria", "responsable de calidad alimentaria", etc., a los que se les exigen determinados requisitos, pero para los que se ofrecen sueldos muy por debajo de lo que la mayoría de los convenios colectivos establecen para la formación que requieren, sueldos muchas veces inferiores a los que perciben los propios operarios de fabricación.

Y esto es así porque muchas empresas alimentarias ven al departamento de Calidad como un gasto, como "un problema que le han creado" pero que no produce beneficio, al contrario, y que tratan de "parchear" por cumplir el expediente. Empresas que pagan generosamente a sus comerciales porque venden y les generan beneficio. Que pagan generosamente a sus contables y financieros porque logran deducciones fiscales. Que pagan generosamente a los responsables de compra porque sus acciones generan un ahorro de costes. Pero que minusvaloran la importancia del departamento de Calidad por improductivo, y le "encasquetan" todo aquello que consideran irrelevante y un gasto impuesto: "Calidad, Medio Ambiente y Prevención de Riesgos Laborales", y si me apuras, también I+D..


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